¿Qué es?
La pérdida de biodiversidad
es cuando nuestro planeta se enfrenta a una acelerada desaparición de sus
ecosistemas y a la irreversible pérdida de su valiosa diversidad biológica. La
forma más visible de este daño ecológico es la extinción de animales tales como
los pandas, los tigres, los elefantes y las ballenas.
Causas
La eliminación de seres
vivos al sobreexplotar los recursos naturales (pesca, caza, agricultura
intensiva, sobrepastoreo, etc).
La eliminación de los
hábitats naturales de ciertas especies por urbanismo o construcción de
carreteras.
La destrucción de los
recursos al fabricar objetos como papel, herramientas, materiales de
construcción, etc.
La contaminación de los
hábitats y los recursos alimentarios de seres vivos con fertilizantes, pesticidas,
emisiones y vertidos tóxicos que alteran sus procesos reproductivos.
La introducción de especies en hábitats nuevos, que provoca un desequilibrio entre las especies.
La introducción de especies en hábitats nuevos, que provoca un desequilibrio entre las especies.
El cambio climático.
La repoblación forestal con
monocultivos de rápido crecimiento.
Consecuencias
- Regresión de los
ecosistemas. Los ecosistemas más evolucionados presentan una mayor variedad de
especies. Cuando sufren agresiones y desaparecen algunas de ellas, las
cadenas tróficas se desestabilizan, tendiendo los ecosistemas hacia una
mayor simplicidad, alejándose de su estado de clímax.
- Desaparición del
patrimonio genético. La genética es una disciplina relativamente reciente, aunque los
conocimientos actuales nos permiten confirmar la importancia de conservar
esa información genética.
- La biodiversidad genética debe ser conservada para el futuro, ya que
la desaparición de especies, la pérdida de variedades silvestres por
hibridación y la creciente incorporación de cultivos transgénicos están
suponiendo un grave riesgo para la variedad genética de la biosfera.
Posibles soluciones
Evitar la sobreexplotación
de los recursos naturales, como son:
Tala de árboles.
Sobreexplotación de recursos
mineros.
Incendios forestales.
Evitar la caza hacia
animales en riesgo o amenaza de extinción.
Contaminación del agua de
mares, ríos y lagos.
Realizar campañas de
recuperación de suelos.
Campañas de apoyo a la
reproducción de especies en peligro de extinción.
Campañas de concientización
sobre los riesgos de la pérdida de recursos naturales.